sábado, 8 de septiembre de 2012

Life in technicolor.




Me pregunto que tenemos las personas para querernos tan poco. Nos odiamos sin ningún motivo visible, nos hacemos daño pensando que no valemos nada y  nos ponemos de precio "cero". Es la manía de despreciarnos.
No sé que tenemos las personas que nos quitamos valor hasta el punto de preguntarnos por qué estamos en el mundo. Nos comemos tanto la cabeza que vemos borrosa la realidad.Pero llega un momento en el que hay que ponerse gafas y dejar de ser miopes por un instante, sólo para ver con total claridad la única verdad que rodea nuestra vida, el simple hecho de que somos nosotros y no otros, la certeza de que vivimos mientras otros se han quedado por el camino, de que si estamos aquí es por algo. Nada sucede por casualidad, y las personas no somos la excepción a esa teoría. Todos estamos aquí por alguna razón, unos por más, otros por menos, pero todos tenemos algo que hacer, algo que dar, algo que enseñar y algo que aprender. Somos el conjunto de "algos" que forman el mundo. Cada uno tiene su razón de vida. Todo está pensado. Nadie es menos que nadie, de una forma u otra, todos vamos a hacer algo grande en nuestra vida aunque ni siquiera seamos conscientes de ello. Todos hemos nacido por alguna razón. Pensarlo, millones de espermatozoides y tuvo que ser el que os daba la vida el que llegará a tiempo. Fuisteis ese uno entre un millón, ese que consiguió lo que muchos otros también querían, ese que luchó con todas sus fuerzas por ganar, para llegar a ser lo que sois. Y eso ya es un gran logro. No estáis aquí por nada. Así que por favor, dejar de quitaros importancia y empezar a vivir un poquito, a quereros a vosotros mismos, a luchar por vuestros sueños y aprender a no rendiros nunca. Aprovechar la oportunidad que hemos tenido de vivir, porque muy pocos la tienen. Aprovechar hasta el último miligramo de cada milésima de segundo, saborear cada momento y dejaros de recuerdos, que estáis desperdiciando tiempo que nunca podréis recuperar. Sonreír, porque todos somos grandes aunque no nos demos cuenta. Reír, porque pudieron ser otros y en cambio, fuimos nosotros. Llegar al punto total de la risa dónde os falta el aire, porque tenemos suerte de tener lo que tenemos. Amar la vida, que solo hay una y viene con cuenta atrás incorporada. 

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