Es curioso como se puede torcer la vida, puede que un día seas la persona más feliz del mundo y al siguiente no más que simple polvo. "Vive rápido" o eso dicen. Siente, ríe, llora, crece como persona. Haz lo que quieras, pero hazlo ahora. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Si tienes un sueño, cúmplelo. No importa cuantas veces pierdas, el fracaso llega cuando dejas de intentarlo.

Tengo miedo a las alturas, a los sitios cerrados, fobia a las heridas y me resulta imposible subir una escalera de caracol. Soy incapaz de ver una película de miedo, odio el silencio y nunca me atrevería a hacer algo peligroso. No me gusta correr riesgos. Tengo miedo de todo, y a la vez no tengo miedo de nada. Si tengo que dar un paso adelante, lo doy; si tengo que dejar cosas atrás, las dejo. Hago lo que conviene, por mucho que me duela. Dejo mis propios sentimientos atrás y hago lo correcto. Me da igual salir perdiendo, si se que a largo plazo podré salir ganando. Suelo mirar más por los demás, que por mí misma. Y eso es de valientes. 

"No te lo pienses demasiado, que la vida está esperando."

Podemos volar,  pero a ser posible, sin miedo a caernos. Podemos hacer que nuestra vida gire en torno a nosotros mismos, y no alrededor de los demás; de vez en cuando, el egoísmo no está de más. Incluso, podemos hacer posible un imposible. Si tienes sueños, persíguelos hasta alcanzarlos. Vive lo más rápido que puedas, pero disfrutando cada segundo. Dale locura a tu vida, pero en su justa medida. Calcula, pero dejándote llevar. No pienses, siempre y cuando sepas lo que haces. Planea, pero sin quitar la emoción. Quítale la razón a lo lógico, busca metas, quita importancia a todos aquellos para los que no seas importante y nunca te rindas. Vive, que al fin y al cabo, es lo más importante.