La vida pasa entre decepción y decepción. La felicidad solo existe entre una caída y otra. Buscamos ver a los demás felices, y nos olvidamos de nosotros mismos.  Hacemos las cosas bien y nadie nos recompensa, las hacemos mal y todos nos lo recuerdan. La gente olvida lo que le conviene y se acuerda de lo que no te conviene a ti. Buscamos razones a todo lo que sucede, y la mayoría de veces no existen  ni siquiera motivos. Intentamos ser felices, y por el camino nos olvidamos de nuestros principios. Intentamos ser nosotros mismos, y terminamos perdiendo a los que nos quieren. 
Hagamos lo que hagamos, llega un momento en el que las sonrisas se van, al igual que los problemas. Cuando lloramos debemos recordar que tarde o temprano, volveremos a ser felices; pero cuando sonreímos, es mejor olvidar que llegará el día en que esa felicidad se pierda, pues al fin y al cabo, eso es la vida: caer y levantarse.

Me equivoco más de una vez, hago cosas sin sentido e incluso me hago daño a mí misma. Cuando intento hacer lo correcto, me equivoco más que nadie. Doy consejos y soy la primera que no se aplicarlos. Hago de lo fácil, algo imposible y consigo volver loca a la cordura. Digo cosas poco lógicas y nunca estoy segura de nada. Nunca encuentro mi camino y no suelo saber a donde voy. Me pierdo, me encuentro y me vuelvo a perder. Sobrepaso mis propios límites y suelo perder el control. No me gusta que me digan lo que debo de hacer y odio que me lleven la contraria. 
Se que algún día encontraré mi camino, que sabré a donde voy y que hacer con mi vida, pero hasta entonces, voy a dedicarme a ser feliz, a pesar de las caídas, de los golpes y a pesar de las lágrimas. Me gusta mi presente, y no quiero seguir dependiendo de ese pasado al que estoy atada y del que no parece que pueda soltarme. Pero de momento, me gusta lo que tengo.

Me olvidé del tiempo, porque siempre corre en nuestra contra. Me olvidé de llorar, de tanto reír. Me olvidé de arriesgar, de tanto perder. Aprendí a volar, de tanto caer. Conseguí gritar sin ser escuchada y aprendí a llorar sin lágrimas. Hice de lo imposible una realidad. Conseguí convertir la soledad en compañía. De tanto esperar, aprendí a darle tiempo al tiempo. Me olvidé del ayer, porque ya es pasado. Cicatricé las heridas y ahora solo son simples rasguños. Hice del silencio, la mejor palabra. Aprendí que hablar a veces está de más y convertí los problemas en compañeros de vida. Hice que los buenos recuerdos formen parte del presente, pero olvidé olvidarme de los malos. De ser tan frágil, me hice fuerte y de tanto fallar, aprendí a ganar.

Dicen que los problemas, tarde o temprano, se marchan; que a las lágrimas las matan las sonrisas. Dicen  que "la confianza da asco" y que  "no estás derrotado cuando pierdes, sino cuando dejas de intentarlo". La vida te enseña, te da consejos. Decepción tras decepción, aprendes a  no confiar al completo en nadie más que en ti mismo; lágrima tras lágrima, te das cuenta de que llorar no arregla nada; y sonrisa tras sonrisa, de que siempre hay una razón por la que vivir. Del miedo aprendes que no todo es bonito, y del valor, que nada es imposible. La felicidad te enseña que no es posible la alegría sin haber sido infeliz y la locura, que no todo lo correcto es lo mejor.

La misma vida te enseña que el concepto de vivir consiste en caer y levantarse, en llorar y reír, en aprender, superar y hacer de lo malo, algo bueno. Aprende. Enseña. Busca nuevas metas. Olvida lo malo y disfruta lo bueno. Quiere a aquellos que te quieren e ignora a los que no lo hacen. Sueña. Ríete a carcajadas, enamórate de la vida. 

Todo llega, todo acaba.

Un hola y un adiós marcan el principio y el final de una conversación. "Vivieron felices y comieron perdices" es el tópico de todo cuento. La palabra "FIN" es el último fotograma de las películas de la edad de oro de Hollywood y un "No me olvides" es la frase preferida de cualquier historia romántica. Todo tiene su final, es la única regla que sigue la vida.Nada es para siempre y todo acaba. Los "para siempre" se convierten en "hasta siempre" y a las promesas las mata el tiempo. La distancia convierte un "te quiero" en un "adiós" y las traiciones hacen que todo lo que te hizo sonreír te haga llorar. Las decepciones transforman  las sonrisas en lágrimas y nos enseñan a desconfiar hasta de ti mismo. Todo lo que empieza, un día u otro, acaba. El final de algo siempre está ahí, lejos o cerca, y por mucho que intentemos esquivarlo, todo llega, todo acaba.

La locura puede ser el peor de nuestros defectos o la mejor de nuestras virtudes. La risa es el mejor antibiótico contra las lágrimas y la carcajada funciona mejor que cualquier clase de antidepresivos. La amistad es aquello a lo que te aferras para mantenerte a flote. Correr es la forma de huir de los problemas. Superar consiste en hacer que los recuerdos no hagan daño. Soñar te hace creer en lo imposible y gritar te obliga a sacar todo lo que llevas dentro. Imposible solo es una palabra. Saltar te hace volar. Y volar te hace estar por encima de las personas que no te quieren. Olvidar consiste en hacer que los recuerdos no hagan daño. La bipolaridad es llorar y reír a la vez. El orgullo es el único capaz de superar a la amistad e incluso al amor. La superación es sentirte bien contigo mismo. El pasado son recuerdos. El presente es disfrutar. El mañana es otro día, y la vida... la vida es aquello que no tiene definición. Solo un consejo, disfrútala.

Hablemos de alegrías, de sueños, de esperanzas. De ilusiones, de amor, de felicidad. Hablemos de cosas importantes. Hablemos de instantes, de carcajadas o de simples sonrisas. Hablemos de besos, de abrazos, de manos cogidas. Hablemos de todo, excepto de recuerdos. 

Seamos felices, alegres, espontáneas. Sonriamos, sintamos, hagamos locuras. Riamos. Miremos hacia delante. Marquemos un futuro. Pisemos fuerte el suelo que pisamos, hagamos como que las lágrimas no existen y dediquémonos a disfrutar. Seamos nosotras mismas. Seamos simples adolescentes disfrutando de la vida. Olvidemos.Riamos. Hagamos del pasado un ayer y centrémonos en un hoy. No borremos nada que nos haya hecho sonreír. Seamos libres, miremos hacia delante. Volvamos a reír. Dejemos el pasado atrás, es el futuro lo que importa. Planeemos un mañana y hagamos de él algo mucho mejor que el presente.