martes, 20 de marzo de 2012

La vida pasa entre decepción y decepción. La felicidad solo existe entre una caída y otra. Buscamos ver a los demás felices, y nos olvidamos de nosotros mismos.  Hacemos las cosas bien y nadie nos recompensa, las hacemos mal y todos nos lo recuerdan. La gente olvida lo que le conviene y se acuerda de lo que no te conviene a ti. Buscamos razones a todo lo que sucede, y la mayoría de veces no existen  ni siquiera motivos. Intentamos ser felices, y por el camino nos olvidamos de nuestros principios. Intentamos ser nosotros mismos, y terminamos perdiendo a los que nos quieren. 
Hagamos lo que hagamos, llega un momento en el que las sonrisas se van, al igual que los problemas. Cuando lloramos debemos recordar que tarde o temprano, volveremos a ser felices; pero cuando sonreímos, es mejor olvidar que llegará el día en que esa felicidad se pierda, pues al fin y al cabo, eso es la vida: caer y levantarse.





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